La discusión sobre las reglas de juego electorales está en el corazón de todo sistema democrático. En el caso colombiano, la necesaria actualización del código electoral, el cual no hay tenido modificaciones desde 1986, fue abordada con éxito por parte del Congreso de la República durante la última legislatura, y quedaron pendientes la revisión de la Corte Constitucional y su posterior sanción presidencial.
Como todo proceso democrático, las discusiones en el Congreso se construyeron en torno a consensos mínimos, alcanzados por las diferentes bancadas. Una de las características de este proceso es que los actores políticos no logran una satisfacción plena de sus expectativas, pero buscan establecer acuerdos sobre arreglos institucionales que luego de su aplicación van permitiendo ajustes incrementales.
El senador Ernesto Macías Tovar, del partido Centro Democrático, opina respecto a esta reforma:
[Cita]El nuevo código dio pasos importantes y unos avances en materia de organización electoral, pero aún nos falta mucho para acercarnos a la excelencia en la materia. Tenemos un sistema electoral con muchas falencias y viejos vicios que impiden el desarrollo de elecciones completamente limpias y descontaminadas.[Cita]
En ese mismo sentido, la senadora del partido Comunes, Criselda Lobo, considera que la reforma electoral desarrollada por el Congreso de la República tiene elementos que se pueden mejorar:
[Cita]Nosotros tenemos observaciones, y ¿por qué tenemos observaciones? Porque exactamente en el acuerdo quedó contemplada la reforma al Código Electoral, pero, sobre todo, tiene que ser una rama totalmente independiente, que no dependa ni de los partidos ni de la clase política.[Cita]
Resaltan en el nuevo código los avances alcanzados en temas como la inclusión. Por ejemplo, el rol de la mujer en el liderazgo y el ejercicio político. Igualmente, la participación de los jóvenes, la transformación tecnológica, y la modernización del proceso electoral aparecen como pilares de la deliberación y aprobación de la norma.
Sin embargo, estos cambios no fueron suficientes para las bancadas de la oposición, por lo que se pueden prever nuevas discusiones. Al respecto, la senadora Lobo comentó:
[Cita]¿Cuáles son los avances? La participación de la mujer es el único que resalto. Por lo demás no. Entonces van a hacer una renovación, pero ¿quién va tener las claves? Van a hacer una renovación en cuanto a aparatos y tecnología, pero ¿las claves quién las va tener? Nosotros tenemos observaciones al Código Electoral porque aún no contempla avances democráticos para la participación de la ciudadanía, para la participación de movimientos, para la participación de organizaciones y para la participación de partidos minoritarios.[Cita]
La pregunta que surge, entonces, es si el nuevo Código Electoral puede convertirse en un instrumento que ayude a mejorar la transparencia del proceso electoral en Colombia. Si bien se puede considerar un avance, todavía quedan muchos elementos que a futuro deberán discutirse en el proceso de perfeccionar nuestro sistema político. Como menciona el senador Macías:
[Cita]Hacen falta mayores garantías para llegar a la verdadera transparencia en los procesos electorales. Por ejemplo, yo propuse que los servidores públicos no fueran jurados de votación, y me derrotaron. Mientras exista una multiplicidad de intereses metiéndole la mano a los procesos electorales, estaremos muy lejos de encontrar la transparencia.[Cita]
En un sentido similar, la senadora Lobo considera que todavía se deben realizar muchos ajustes institucionales para alcanzar un código electoral óptimo:
[Cita]El Código Electoral no tiene las transformaciones y reformas que se han propuesto. Cuando no se es independiente, empezando por ahí, no se es transparente. Hay que ser independiente para que ese organismo sea transparente en las elecciones de nuestro país.
Por un lado, esto le entrega un enorme poder al registrador porque puede nombrar los registradores sin ninguna entidad que los controle, y puede influir en las elecciones de 2022. Y en uno de sus artículos le entrega muchas facultades al señor presidente para reformar la planta y los registradores, para nombrar los de su partido. Por otro lado, abre la puerta a la censura. El Consejo Nacional Electoral puede terminar censurando tweets, Facebook y hasta Instagram.
La tecnología con la que se piensa resolver los problemas actuales va a traer más problemas porque va a incorporar el voto electrónico mixto, pero sin la suficiente transparencia que se necesita para este tipo de voto. Necesitamos un nuevo código electoral independiente, transparente, moderno y eficiente.[Cita]
En conclusión, los avances alcanzados en el nuevo Código Electoral son importantes. Sin embargo, también han abierto nuevos escenarios de discusión, que seguramente, una vez esté en firme esta importante norma del ordenamiento constitucional y democrático colombiano, permitirán la apertura de nuevas líneas de trabajo y de debate. Estas apuntarán a una mayor democratización del sistema de partidos, un aumento en la participación de los jóvenes, un mayor control de los recursos utilizados por parte de la Registraduría Nacional del Estado Civil y una futura despolitización de los órganos electorales.
Una mayor transparencia del sistema electoral significará en un futuro una mejor democracia en el país y, por tanto, mayor desarrollo y prosperidad para todos los colombianos.