El presente artículo aborda el camino recorrido por la Dirección General de Iniciativas del Futuro del Senado en Argentina, una nación que quiso incorporar la prospectiva en sus debates legislativos, desde el surgimiento de la idea, pasando por las diferentes formas que tuvo que adoptar y los resultados obtenidos, hasta su desaparición. Se espera que esta experiencia sirva como aprendizaje con miras a la institucionalización de la prospectiva en América Latina.
Historia de la Dirección General de Iniciativas del futuro
La idea inicial fue el resultado de dos temas que surgieron en paralelo. El primero, el contacto que tuvo la exvicepresidente, Gabriela Michetti, en los primeros meses de su gestión con los senadores chilenos que impulsaron el tema de la Comisión del Futuro en ese país, lo cual le pareció bastante interesante, por lo que pidió a algunas personas de su equipo investigar sobre otras experiencias similares para evaluar distintos modelos de aplicación. El segundo, el entendimiento entre la exvicepresidente y algunos senadores de la oposición sobre la necesidad de generar diálogo para la definición de políticas públicas de mediano y largo plazo (Riobó, 2021).
De allí surgió inicialmente la idea de promover la sanción de un proyecto de ley que le diera al Senado una estructura orgánica paralela que funcionará como un área de realización de estudios prospectivos de mediano y largo plazo, pero fue difícil porque no todos los bloques estuvieron dispuestos a escuchar la propuesta. Sin embargo, junto a aquellos en quienes resonó la idea, finalmente, en 2019 se decidió hacer una prueba piloto con el acompañamiento técnico de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (Uces). De esta prueba piloto surgiría la Dirección General de Iniciativas del Futuro, cuyo objetivo fue crear un espacio de mayor apertura al diálogo entre los legisladores y otros sectores, en pro de la definición de políticas públicas de largo plazo que trascendieran los gobiernos de turno; fue así como se le dio un marco institucional (Riobó, 2021).
El tema elegido para el primer ejercicio fue El futuro del trabajo en Argentina al 2030. El estudio prospectivo se desarrolló entre junio y noviembre de 2019 y se dividió en tres fases:
- Diagnóstico del sistema de trabajo en argentina (STA): con el propósito de entender a fondo las dinámicas del sector.
- Construcción de escenarios de futuro: para estudiar las posibles evoluciones del
- Planeamiento estratégico: se definió una visión, el escenario apuesta, los objetivos para alcanzarlo y las iniciativas estratégicas para lograr dichos objetivos.
Desafortunadamente, al terminar este ejercicio también finalizó el período de mandato del gobierno de turno y este espacio de diálogo fue desmantelado tan pronto como el nuevo gobierno asumió su lugar.
Desarrollo metodológico del estudio
El futuro del trabajo en Argentina al 2030 fue un estudio de prospectiva en el que participaron más de 50 expertos de diversos ámbitos (educativo, laboral, empresarial, científico/técnico, académico, gobierno, organismos internacionales y la sociedad civil) que asistieron a 7 reuniones de entre 2 y 3 horas y participaron en entrevistas semiestructuradas.
En la fase de diagnóstico se utilizaron herramientas del método Meyep, desarrollado por el argentino Eduardo Raúl Balbi (2014), con las cuales se analizó la estructura del STA descomponiéndolo en sus partes y se estudió el impacto de las principales tendencias en dicha estructura; también, con la colaboración de exalumnos de la especialización en Prospectiva Estratégica de la Uces, se elaboró un diagnóstico cualitativo y otro cuantitativo. De estas actividades se obtuvo el Foda del STA y las variables con las cuales se trabajaría en la construcción de escenarios de futuro por la metodología de los ejes estratégicos, propuestos por Peter Schwartz (1996). Finalmente, para la formulación estratégica se utilizaron los dos primeros pasos del modelo Execution Premium planteado por Kaplan y Norton (2012).
Resultados del estudio
La fase de diagnóstico dejó en evidencia una normativa laboral desactualizada, deficiencias en la calidad y pertinencia de la educación, poco margen de maniobra del gobierno como consecuencia de la deuda externa y los fuertes desequilibrios macroeconómicos y la falta de planificación de largo plazo. Como aspectos positivos surgieron la cobertura y capilaridad del sistema educativo y un amplio y bien desarrollado ecosistema de ciencia y tecnología.
El estudio de las diversas posibilidades de evolución del STA dio como resultado cuatro escenarios de futuro: uno positivo, uno catastrófico y dos negativos (figura 1). El escenario positivo está caracterizado por una alta incorporación de nuevas tecnologías al proceso productivo y una alta transformación de la fuerza de trabajo gracias a la incorporación de las competencias requeridas para trabajar con dichas tecnologías. Para su materialización se requiere un gran acuerdo entre todas las perspectivas políticas, sobre el cual se pueda generar una visión de futuro para el país, generar políticas coordinadas para enfrentar el cambio tecnológico y controlar los desequilibrios macroeconómicos. Este sería considerado luego por los expertos como el escenario apuesta.
En caso de no controlarse la macroeconomía, las empresas no contarían con las condiciones para incorporar tecnología de punta, por lo que se presentaría una fuga de cerebros.
Sin el acuerdo podrían darse políticas sectoriales que ampliarían la brecha socioeconómica, dando como resultado la Argentina de algunos pocos o inclusive podría no generarse ninguna política, lo que originaría el peor de los escenarios para Argentina, con un marcado rezago tecnológico, la pérdida de la cultura de la educación y el trabajo como medio de movilidad social ascendente, además del aumento considerable en las cifras de desempleo, inseguridad, pobreza y marginalidad. Lastimosamente, este último escenario fue considerado por los expertos como el escenario tendencial y, para pena de los argentinos, esta tendencia no ha cambiado hasta ahora.
Figura 1. Diagrama STA
Fuente: elaboración propia.
En la fase de planificación se formularon la visión del STA al 2030, 6 objetivos generales, 16 objetivos específicos organizados en 4 temas estratégicos (transformación de la fuerza de trabajo, incorporación de nuevas tecnologías al proceso productivo, generación de empleo e inclusión y normatividad e intermediación laboral) y 9 objetivos orientados a obtener los recursos necesarios para la ejecución de la estrategia. Para el logro de estos objetivos se propusieron 38 iniciativas estratégicas.
Un resultado importante de esta fase fue la generación de consenso entre los expertos sobre que el 2030 no debería ser considerado como una meta final, sino como un plazo intermedio que marcaría el camino hacia un mejor futuro, pues en 10 años no se alcanzarían a implementar todas las transformaciones necesarias en el sistema educativo, como tampoco serían visibles todos los resultados de lo ya implementado.
Aprendizajes del ejercicio y recomendaciones
Un aprendizaje importante fue la separación existente entre los intereses sociales y los políticos. Mientras los expertos convocados de los diversos sectores sociales acudieron con beneplácito, dejando de lado sus diferencias, conscientes de la necesidad de marcar un rumbo de largo plazo sobre la base del diálogo y el consenso, los políticos brillaron por su ausencia, en parte por ser un año electoral y tener una agenda muy congestionada. Por ello, se recomienda romper inercias y generar acuerdos políticos antes de lanzar formalmente una propuesta de este tipo, con la realización de ejercicios previos más cortos en épocas no electorales (Riobó, 2021).
Contar con testimonios de experiencias exitosas puede ayudar a dimensionar los beneficios de una instancia de diálogo de este tipo y generar adhesiones. Así lo demostró la participación de los senadores chilenos que promovieron la Comisión del Futuro en el Senado de ese país, en una de las reuniones de la Comisión de Iniciativas del Futuro argentina, al tiempo que sirvió para generar un acuerdo de cooperación que aún sigue vigente, demostrando que este tipo de instancias también pueden convertirse en espacios de diálogo entre las naciones, alternativos a los ya conocidos, como, por ejemplo, la ONU (Riobó, 2021).
Conclusiones del ejercicio
Para que una iniciativa de este tipo germine al interior de una institución como el Senado, y se mantenga de manera sostenida en el tiempo, es necesario lograr previamente cierto nivel de consenso entre los distintos partidos políticos acerca de los beneficios que representa el contar con la posibilidad de realizar estudios de futuro serios en temáticas de máxima relevancia para el país.
Para esto es conveniente iniciar con ejercicios cortos y en temas acotados, que puedan generar quick wins que convenzan a aquellos que, en principio, son escépticos.
En este tipo de ejercicios también es crucial la participación de los diferentes estamentos de la sociedad:
- Para tener en cuenta los distintos puntos de vista sobre la problemática abordada.
- Para definir una estrategia en la que se puedan generar sinergias y negociar conflictos de intereses entre los múltiples actores.
- Para la generación de compromiso, pues la participación en las decisiones tomadas genera compromiso con su ejecución.
- Para una rápida socialización de la estrategia definida.
- Para un mayor control ciudadano en la fase de ejecución.
Lanzar una iniciativa de este tipo sin haber logrado previamente el consenso acerca de sus beneficios la pone en riesgo ante un cambio de gobierno con otro enfoque político, como también a los planes de largo plazo que sobre sus resultados se hayan formulado.
En particular para Argentina, este ejercicio sobre el STA concluyó que el escenario tendencial coincide con el escenario catastrófico y que los requisitos indispensables, para alcanzar el escenario apuesta, son lograr un acuerdo político que permita un proceso de planificación de largo plazo y controlar la macroeconomía. Desafortunadamente, hasta el momento el presente argentino discurre por la senda del escenario tendencial catastrófico, empeorado aún más por la temida materialización de un cisne negro, como ha sido la pandemia generada por covid-19.
Este ejercicio también demostró la voluntad de la sociedad argentina para trabajar mancomunadamente en la solución de problemáticas de relevancia nacional, como lo evidenció la amplia y sostenida participación de los convocados.
Referencias
Balbi, E. (2014). Construyendo el futuro. Método Meyep de prospectiva estratégica. Recuperado de www.anticiparse.org.
Kaplan, R. y Norton, D. (2012). The Execution Premium. Temas Grupo Editorial
Riobó, S. E. (19 de marzo de 2021). Entrevista personal semiestructurada realizada por Andrés Fernando Ruiz a Santiago Eduardo Riobó, exdirector general de Iniciativas del Futuro.
Schwartz, P. (1996). The Art of the Long View. Planning for the Future in an Uncertain World. Currency, 15 de abril de 1996.
Senado (Argentina) (2019). El futuro del trabajo en Argentina al 2030. Informe final.